Rana en punto de hervor

Hay una historia que últimamente no me puedo sacar de la cabeza.  Es una fábula muy conocida que traspasa culturas por lo ilustrativa que resulta.

La historia es que si echamos una rana en una olla con agua hirviendo saltará inmediatamente para evitar el desagrado y el shock del contacto con el agua caliente. La rana escapa así a un triste final y sale sin sufrir daño.

En cambio, si a la rana la ponemos en agua agradable, tibia, cómoda, se queda nadando muy contenta. Tan plácida está que no se da cuenta que abajo de la olla se ha prendido el fuego.

El fuego va calentando de a poco y la rana ya no puede reaccionar. Al ser paulatino aunque fatal el cambio, la rana se queda en el agua y muere hervida.

Creo que no hace falta aclarar la moraleja. Sólo decir que si un cambio es lo suficientemente lento como para que ya no podamos reaccionar el mal está hecho. Cuando lo aberrante se vuelve moneda corriente el agua hierve. La libertad se pierde de a poquito aunque la humanidad haya tardado siglos en conseguirla y aunque mucha sangre haya sido derramada por el camino.

Según ciertos biólogos la premisa de la historia no es verdadera ya que, aunque el agua se caliente paulatinamente, la rana todavía está a tiempo de saltar. Sin embargo, algunos experimentos realizados en el siglo XIX sugieren que la premisa es real si el cambio en la temperatura del agua es lo suficientemente gradual.

Esperemos que, en el siglo XXI, los primeros tengan razón y que la rana todavía esté a tiempo de saltar.

Mad Women – Joan Holloway

Mil toneladas de mujer en un cuerpo infartante , sensual como para volver mad a todos los Mad Men de la serie, se pasea por los pasillos de Sterling & Cooper,  Joan Holloway. Qué refrescante ver una mujer que es la encarnación (nunca mejor dicho) misma de la exuberancia, en estas épocas anoréxico-bulímicas. Joan tiene una delantera que lleva con orgullo envidiable, alta como la Estatua de la Libertad y libertaria como la mujer del cuadro de Delacroix en “La libertad guiando al pueblo”. Es la abeja madre, sexo en flor, supergata que se desliza por los pasillos como sobre la pasarela. La actriz que le da vida a Joan es Christina Hendricks, fue modelo y se nota.

Joan es lo que mi abuela hubiera denominado “una mujer de cascos ligeros”. Lleva una muda y un cepillo de dientes en la cartera para las ocasiones especiales – como confiesa delante de otras secretarias. Plenamente conciente de su sexualidad y del efecto que causa entre los hombres, saca el mayor de los provechos de los atributos que la Naturaleza le regaló.

Aviso: ojo con  los spoilers que siguen. Es la jefa de las secretarias al comienzo de la serie y termina con un título pomposo y honorario, aunque no le pagan un peso más en Sterling, Cooper, Draper, Pryce (sound familiar, ladies?). Directora de Operaciones de la Agencia. Como Peggy, aunque menos, asciende en sus funciones laborales (pero más en las personales). En la nueva agencia, queda claro que sin ella, esa gente estaría algo perdida. Ella se ocupa del adentro, los hombres del afuera. 

Es la mentora de Peggy: la envía al ginecólogo (quien la sermonea porque no está casada) y le dice que no cometa errores (refiriéndose a los hombres por supuesto) y que si juega bien sus cartas puede terminar en los suburbios de Connecticut en vez de estar en la oficina. Es interesante ver como se fortalece la relación entre estas dos mujeres que no compiten entre sí sino que se apoyan en la tarea de abrir caminos para el género femenino.

Todavía está por verse si el matrimonio era lo mejor para Joannie, es obvio que la relación con Roger Sterling es más que un affaire pasajero… (veremos en Season 5 que tanto se está haciendo esperar).

Termino con algunos Joan-isms:

“Unlike most girls I know, I succumb to male pressure only when I can get pleasure out of it. The boys around the office tend to feel a little threatened by that.”

“Cultivate your curves – they may be dangerous but they won’t be avoided.”

“Sometimes when people get what they want they realize how limited their goals were.”

“You won’t be taken seriously until you start dressing like a woman. Stop dressing like a little girl.”

Los Dorian Gray, gente que no envejece (tanto)

Diana:  ¿Visita que hay gente que envejece mucho mejor que el resto de los mortales?

Mora:  ¿Como quién?

Diana:  A mí la que más me impresiona es Canela. ¡Tiene como 69 años y yo la veo igual desde que soy chica.

Mora:   Es verdad. Ojalá yo esté así a su edad. El que impresiona también es Peter Strauss, ¿te acordás de él?

Diana:  Creo que sí, de alguna miniserie o TV movie.  Pero de casos locales también me impresiona Mariano Grondona. Tiene ese look medio juvenil a los 78 años.

Mora:  ¿Habrá que hacer algún pacto con el diablo?

Diana:   Mirá, mucha gente que no se banca el paso del tiempo se hace todo tipo de cirugías.

Mora:  Sí pero eso los avejenta más todavía, ¿no te parece?

Diana:  Puede ser. Lo ideal es tener un retrato que envejezca por vos como Dorian Gray.

Mora:  Mirá que eso no terminó bien.

Henry and Marta – Accents

Henry:   Hello Marta, is it really you? It’s been so long!

Marta:   Oh, don’t overdo it Henry, it’s been a month. And you know that, as much as I hate clichés, time flies.

Henry:   I missed you (blushes into a tomato red hue).

Marta:  (ignores the blushing) I really needed some time off and I figured I could use those mini-vacations spread throughout March; it’s nice to see you on a day off.

Henry:   I’ve had some trouble keeping up with the holidays lately.

Marta:    You are not alone, today is just a sandwich day.

Henry:   You look different. I think it’s your hair…

Marta:    Yes, I’ve had my hair curled.

Henry:   How would you say that in Spanish?

Marta:   Me hice los rulos.

Henry:   Mey izzei lous rulous?

Marta:   Very good, Henry. You need to work on your accent, though.

Henry:   I try, I really do but I’m afraid I’ve never had a very good ear. Certainly, not like you.

Marta:   Having a good ear is definitely a gift, I thank my lucky stars every day. They say a musical ear helps but it is more than that. I think it is some weird empathy that allows you to connect with the way people talk and then mimick it.

Henry:   Yes, some actors and actresses have that skill. Meryl Streep has it. Some actors definitely lack that ability. I remember I once saw Richard Gere playing a British doctor and, poor fellow, as much as he strived his British accent could only make you laugh.

Marta:   Yes, another actress who is very good with accents is Renée Zellweger. And so far, the only foreign actor who can do a decent porteñan accent in my opinion is Gael García Bernal.

Henry:   The Mexican actor? But their Spanish is quite different, isn’t it?

Marta:   Yes, very different, that’s why I thought he deserves even more credit. But today I wanted to share with you a rare jewel I found, Henry. She is a twenty five year old actress and she can do 21 English accents to perfection.

Henry:   That’s impossible!

Marta:  Listen to this and tell me if she is not amazing, I can’t even tell where she’s from! Her name is Amy Walker and on this video she does 21 accents.

Quiero un GPS

Malala:   Mirá, me compré un GPS.

Maria:  Wow! Impressive! ¿Te sirve de algo?

Malala:  Qué pregunta boba, obvio que sirve. No sólo te indica el camino, te avisa cuando hay radares que te hacen multa, cuando hay algún problema …

María:  No jodas.

Malala: En serio. Mirá ahora lo programamos. A ver poné la dirección …. Moreno XX, San Isidro … ahí está…

GPS (con voz de gallego):  Gire a la izquierda por Au Colectora.

María:  ¿Por qué nos manda por la colectora?

Malala: Debe ser porque hay lío en la panamericana. Mirá fijate el quilombo que hay en la autopista, está todo trabado, por eso nos manda por la colectora.

GPS:  (con voz femenina) Disminuya velocidad, lomada.

María:  ¡Ah, bueno! ¡Ahora con voz de mina y te avisa los lomos de burro! ¿Por qué me da erizo esto?

Malala: ¿Viste? Es buenísimo. Te avisa todo. Podés elegir las voces incluso.

GPS: Precaución: zona peligrosa.

María:  Oh, oh. No me gusta nada esto.

Malala: Es que mirá a tu derecha…

GPS: Precuación: zona peligrosa

María:  Menos mal que es de dia, me llega a decir esto de noche y tiro el GPS por la ventana. Mete miedo.  Digo yo, no quiero un GPS en el auto. Quiero un GPS en mi vida. Imaginate: “Precaución: decisión peligrosa”, “disminuya velocidad, persona cagadora”, “gire a la derecha, oportunidad única”…

Frequent Flyer Fury

For all the lucky campers who fly the friendly skies here is a brief list of annoyances that make flying so much fun.

*Passengers who boarded the plane before you did and merrily took your aisle seat, just because they figured you could take their aisle seat one row back. It never crossed their mind that you had a friend in the aisle seat on the same row.

* The snot snorting, throat clearing, wheezing walrus you suspect has some mild case of OCD. He has rushed to take the empty seat right next to you; and you thought you were lucky enough to have more room to yourself before the plane took off!

* People who plop their hand luggage up front, as soon as they are inside the plane, in the first overhead bin they see, even though they will be sitting in the back. They just screwed you by taking the bin over your seat.

* People travelling with small children who misbehave (yes, I have travelled with delightful children on rare occasions)

* People who dilly dally in the line in front of you when you are about to miss your flight.

* People who sing horribly catchy tunes you abhor. You just know you will not get that song out of your head for weeks.

* The huge gorilla sitting behind  you who never seems to notice he keeps kicking your seat.

* The cute guy who  is NOT sitting in your row, he’s 3 rows behind.

* Passengers whose motto seems to be “why talk when you can shout?”

*Annoying stewardesses who are happy to be mean.

* People who walk down the aisle in search of their seat with their large bags and huge purposes, swatting you as they pass.

* The passenger who is seated by the window and needs to get up every five minutes – so you need to get up as well.

* Your plane has been delayed, delayed, delayed … cancelled.

* ALL security checks

I’ve never understood why, with all the advances and improvements over the last decades, air travel remains fairly the same except for some perks in the front of the cabin. Bon voyage, everyone!

Brigada anti-abuso de comillas #4

Activista 1:  Se fueron todos. ¿Firmaron muchos el petitorio?

Activista 2:  Tenemos unas cuantas firmas, creo que está bien para empezar.

Activista 1 : No  quiero dejar de compartir un ejemplo más con vos.  Lo encontré en Internet, quien escribe es Fernando, de Barcelona. Dice así:

El DRAE (Diccionario de la Real Academia) explica que uno de los usos de las comillas es indicar que una expresión es irónica. ¿No les parece que eso es subestimar la inteligencia del que lee? Unamuno decía que el escritor debe confiar en el lector, ¿era un vasco demasiado optimista? Agradecería opiniones.-

Activista 2:  ¡Bravo, Fernando de Barcelona, que todos los mortales te bendigan! Claro que el abuso de comillas para marcar la ironía subestima a su lector.  Aunque prefiero eso a que las utilicen como énfasis.

Activista 1:   Volviendo a lo que pregunta Fernando de Barcelona mire lo que le contesta un tal Pepe. Es notable la respuesta ya que la embarra sin remedio. Pepe (éste se merece que le diga “Pepe”) expresa:

–         No creo que la RAE diga que haya que hacerlo, ¿no? Simplemente que es uno de sus usos. (las negritas son mías) En ese caso a mí no me parece mal, uno puede ponerlas o no, depende de su “confianza” en el lector. (Perdón por las comillas, es por costumbre, no es que no confíe…)”.-

Activista 2:  ¡Tu costumbre es errada, Pepe! ¿Qué corno haces poniendo la palabra confianza entre comillas si aquí no hay ironía, doble sentido o cita que la justifique? Efectivamente, esas comillas señalan con cuatro dedos acusadores que tú NO confías, Peeeeppeeeeeeee ….

Activista 1:  El abusador de las comillas nos dice: “Señores, nada es lo que parece”. El mundo es un gran simulador de “otra cosa”. ¡Las palabras son impostoras, están allí para suplantar a otra entidad oscura y misteriosa! Son espías gramaticales que intentan confundirnos y ellos vendrán a decirnos que ellos conocen el verdadero significado y nos están desasnando para que nos enteremos de una vez.

Activista 2:  George Orwell entendía algo de lo que posa por lo que no es pero nos libró de las comillas. Así el Ministerio de Guerra se llamó el “Ministerio de la Paz”. Vaya ironía sin comillas. El exceso de explicación es como el que cuando escribe un chiste en un mail escribe “ja, ja, ja” al lado de cada comentario.

Activista 1:   O lo que es mucho peor escribe “(risas)” entre paréntesis. El hecho de que me escriban “ja, ja, ja” no me hará reír; confieso, el “risas” (entre paréntesis) me arrancará una mueca pero no precisamente porque me haga gracia. Deberían escribir “risa” no “risas” ya que ellos son los únicos que se ríen solos.  

Activista 2:  Yo pregunto entonces: ¿no tenemos suficiente caos, confusión y cacofonía en el mundo moderno como para además tener que soportar el entrecomillado onanista de tantas palabras indefensas que sólo quieren decir lo que significan? ¿Podemos explorar nuestros sentimientos sin comillas y escuchar los distintos mensajes que el mundo nos dispara segundo a segundo sin tener todas esas balas perdidas de comillas sueltas que van dejando salvas en todos los pobres escritos?

Activista 1 : En conclusión: bastante desencanto tenemos con la realidad como para además tener que soportar “la realidad”.  Le dejo estos ejemplos reales de comillas inecesarias. En inglés también abusan, eh.

Mad Women – Peggy Olson

Es medianoche y daría cualquier cosa por que fueran las 11 pm. Si fuese más temprano, todavía me quedaría el último capítulo de Mad Men (“Tomorrowland” de la cuarta temporada) por ver. Ya no hay más capítulos disponibles y ahí andan los responsables de la serie con negociaciones por la Fifth Season que, a juzgar por los comentarios, está generando nervios y síntomas de abstinencia en los fans.

Ya me habían dicho que la serie era adictiva por eso me contuve en principio pero sucumbí, sobre todo por una de las notas en la revista Orsai que era la última que me quedaba por leer. Odio los spoilers y no pensaba leer la nota hasta terminar de ver la serie para formar mi propia opinión. (AVISO: lo que sigue contiene spoilers si no vieron Mad Men)

Solo quiero poner el foco en los personajes femeninos y por esto tengo que empezar por decir lo obvio pero no sé si siempre remarcado: la historia salió de la cabeza de un hombre que hoy tiene cuarenta y cinco años, Matthew Weiner. Es decir, está escribiendo sobre una época en la que casi no había nacido. Pero nació en la década del 60 – igual que yo –  y a veces ver MAD MEN me hace sentir que estoy en el túnel del tiempo. Es el tiempo de mis padres y abuelos.

Vamos a por esas mujeres. Empiezo – obviamente – por Peggy Olson. Peggy! What a gal! Tan extraña y verde pero a la vez tan llena de ambición que el primer día de trabajo recibe el peligroso madrinazgo de Joan (en próxima entrega). No tiene mejor idea que agarrar la mano del obscenamente precioso Don Draper. Pésima iniciativa, Peggy, estás confundida, tu lugar es otro. No es el de la amante, por allí no vas a ningún lado (a diferencia de Joan) aunque todos tus compañeros masculinos creen que te tuviste que acostar con Don para llegar hasta donde llegaste. ¡Tragá saliva y para adelante! Se te avalanzaron Ken, Paul y Pete. Caíste en las redes del último con trágicos resultados. La tuya es una fealdad con belleza.

Peggy ve perfectamente a dónde quiere ir, casi “tunnel vision”. Quiere ser redactora y no va a parar hasta conseguirlo – siempre por derecha – en lo que hace a lo laboral. No hace trampas, dice lo que piensa y defiende a sus compañeros varones en el lugar de una compinche. Busca mayor justicia en el ámbito laboral (aunque a veces le sale mal). Los hombres la regristran por primera vez cuando quieren tener una opinión sobre los productos femeninos: lapiz labial, corpiños, crema para los granos y una extrañísima máquina llamada “The Relaxasizer” que merecería un post aparte. Peggy está dispuesta a probar cada uno de los productos con tal de encontrar un lugar entre sus colegas masculinos. Y lo logra. En el trabajo, asciende por mérito propio. Tal vez con alguna ayudita de Joan. Y consigue la propia oficina al lado de su jefe gracias a una insistencia ultra femenina que puede ser tanto virtud como defecto.

Bien, asciende Peggy. Ahora se tiene que ganar el respeto de todos esos hombres que no la respetan. Los chistes tan desubicados, convengamos que no eran épocas de sexual harrasment aquellas. A aprender lo que hay que aprender: estas minas se valían por sí solas, nada de correr con quejas a otros. Peggy se queda afuera de los terceros tiempos de sus colegas cuando siguen trabajando after hours en los bares de conejitas Playboy. Se ríen de ella y pasa de ser la “your girl” de Don (algo así como “la chica”), que era un término utlizado para las secretarias, a ser jefa de otros redactores hombres. Una pionera total, Peggy. Cuidado que navegás por aguas sin mapas, vas a tientas, tratando de hacerte un lugar. Nunca vas a ganar del todo. Paciencia. Viene el siglo XXI.

Su vida personal, por otro lado, es un desastre. Las píldoras anticonceptivas no le sirvieron. (¿Qué hiciste mal, Peggy?). Pero no se le pueden negar las experiencias que seguro la han hecho crecer, y mucho, como mujer. Aunque sufra como una energúmena.  

Para Peggy, vale el slogan de Virginia Slims, ya que estamos en un ámbito publicitario: “You’ve come a long way, baby”. Nadie le puede quitar a Peggy el haber recorrido un largo camino. Y se merece un agradecimiento de muchas de las mujeres que llegamos después a la fuerza laboral mayoritariamente masculina.

En cuanto a la actriz que encarna a Peggy, Elizabeth Moss, la vi en 2008 en Broadway, en una nueva puesta de la adrenalínica obra de David MametSpeed the Plow, haciendo un papel que originalmente había hecho Madonna en la versión de los ’80.  Tuve la suerta de verla interactuar con Jeremy Piven antes de que éste abandonara la obra.

A todas las Peggys reales de carne y hueso que nos antecedieron, gracias por abrir camino -aunque sea con machete y bancándose muchas picaduras siniestras- a las que venimos detrás de ustedes.

Pa-panamericano-pa-pa-pa (pa-pa-pa-pa-pa-pa)

En la cola para hacer check in en Aeroparque . Pasajero brasilero llega a la cola y se pone detrás de Diana.

Pasajero:    (cantando) ”Pa- panamericano- pa-pa-pa -pa (pa-pa-pa-pa-pa-pa)”

(a los dos minutos)

Pasajero: (cantando) ”Pa-panamericano- pa-pa-pa (pa-pa-pa-pa-pa-pa)

Diana:  (globito de pensamiento) Me quiero matar. Este tipo no para y se me va a pegar ese maldito tema insidioso.

Pasajero (en el bus que lleva al avión cantando): Pa-panamericano-pa-pa-pa-pa   (risas de sus compañeros brasileros)

Diana:  (globito de pensamiento) Dios, por favor, que no me toque este tipo cerca en el avión. ….Gracias, Dios.

Migraciones en Brasil, ya aterrizados todos haciendo cola con los pasaportes.

Mismo pasajero: Pa-panamericano-pa-pa-pa-pa

Diana:  Señor, usted no sabe el daño que ha hecho. Voy a estar dos semanas para sacarme esa porquería de la cabeza.



Colorido episodio dominguero en kiosko de diarios y revistas

Virginia:  (a un señor de unos 60 años que espera frente a un kiosko de diarios en el barrio de Alto Palermo) Señor, usted está antes que yo…

Señor:  No, estoy esperando acá nomás, vine a pagar la entrega de “Tiempo Argentino”, ya pagué.

Virginia:  (al dueño del kiosko). Déme La Nación y Noticias, por favor.

Señor:   ¡Ah, bueno! (sale disparado y empieza a gritar) ¡Editorial Perfil! A ver, ¿a ver qué dice hoy la tapa de Perfil? ¡Ah, la mujer de Macri está embarazada! ¡Qué noticia importante, eh!  ¡Estos medios que publican basura!

Virginia:  (atónica al dueño del kiosko) ¿ Qué viene? ¿A controlar los diarios que le compran a usted y a opinar?

Señor:  (El hombre sigue gritando, habla solo y le habla a los que pasan por ahí). ¡Y bueno! ¿Qué quiere?  Es que me pongo nervioso. ¡Estos diarios no tienen que existir!

Virginia:  (al dueño del kiosko) Qué pena que el señor se altere tanto. Nadie lo obliga a comprar ningún diario, está en todo su derecho de pensar que Perfil o cualquier otro diario es una estupidez y de no comprarlo. Lo preocupante es que no quiere que nadie más los compre.

Dueño del Kiosko:  Sí, además me espanta a los clientes.

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